Sabedores de los riesgos que comporta el ANACRONISMO pero también concientes de la imposibilidad de la neutralidad de interpretación histórica, y apoyados en los planteamientos más o menos universales que puede plantear la filosofía se sugiere la reflexión de los clásicos de la filosofía del derecho (que no por se clásicos son infalibles) a la luz de nuestras propias incógnitas y aspiraciones:
¿Es todavía factible plantear una sociedad ideal como lo hizo S. Agustín?
¿Es la misma la libertad de los antiguos que la libertad de los modernos?
¿Es actual el pensamiento de Alberto Magno respecto a la elaboración de la Ley?
¿Es universalizable la racionalidad tomista respecto de la ley?
Claro está, siempre con la necesaria empatía para poder contextualizar cada pensamiento pero si abandonar la posibilidad de conexiones y reflexiones amplias como lo es la propia filosofía.